Durante cuatro días, Medellín acogió a los 603 asistentes – entre conferencistas, ponentes, investigadores, estudiantes de pregrado y postgrado, entre otros interesados – del XII CIHELA, evento académico que retornó al país después de 24 años, cuando se realizó su primera versión en la ciudad de Bogotá. En esta ocasión, la temática elegida por el comité académico fue Historia de las instituciones, prácticas y saber pedagógico en Iberoamérica. A partir de esta temática se organizaron las conferencias, paneles, mesas redondas y ponencias del evento, en los siguientes ejes temáticos:
- Sistemas educativos, políticas educativas y de escolarización.
- Historia de las Otras educaciones: movilizaciones y proyectos contrahegemónicos.
- Los maestros: historias, trayectos y formación.
- Movimientos pedagógicos, sociales y luchas por la educación.
- Cultura, cotidianidad y saberes escolares.
- Historia de la educación: sociedades y culturas entre el conflicto, las violencias y la paz.
- Formas de hacer y escribir la historia de la Educación y la Pedagogía.
- Infancia(s) y juventud(es) entre la memoria y los olvidos en la historia de la educación y la pedagogía.
Tales actividades constituyeron la oportunidad de intercambio entre colegas de diferentes países, con perspectivas de trabajo también diversas. Inclusive, para aquellos profesores e investigadores de mayor experiencia en el campo, fue la oportunidad de encontrarse con viejos conocidos, de conversar y poner en escena su amplia trayectoria.
Esto es un asunto importante pues, para quien apenas se ha aproximado a la historia de la educación y la pedagogía como campo de estudio, es preciso tener claro un marco amplio de las discusiones y los trabajos que ya se han dado. Esto no sólo sirve como referente conceptual y metodológico de nuevos estudios, además permite orientar las propias preguntas de investigación por caminos diferentes a los explorados por otros.
A propósito de lo anterior, los talleres con expertos, las clases maestras, las muestras fotográficas, videográficas y de objetos, aunque tal vez no hayan tenido la misma concurrencia que otras actividades plenarias del Congreso, fueron un escenario interesante, en tanto en estos se pusieron en juego orientaciones temáticas y herramientas teórico-metodológicas que empiezan a marcar o han marcado desde hace algunos años una importante tendencia para los estudios de historia de la educación en la región: sensibilidades, sentimientos y emociones como objetos de estudio; la cultura material de la escuela y de otros escenarios educativos, un tema que no es totalmente nuevo pero que parece reactivarse con otras preguntas; la historia de la enseñanza secundaria, un tema que en diferentes países se ha venido abordando, pero que podría desarrollarse en una perspectiva que permitiera tratarla de forma más amplia para la región (no necesariamente por la vía de la historia comparada), entre otros.
También es importante anotar que en los ejes temáticos donde hubo mayor afluencia de trabajos fue en el de Cultura, cotidianidad y saberes escolares, el de Los maestros: historias, trayectos y formación, y en el de Formas de hacer y escribir la historia de la educación y la pedagogía. Esto es interesante, no porque las temáticas abordadas en los otros ejes no sean tan importantes o sus desarrollos sean menores; sin embargo, llama la atención que sean estos los que hayan aglutinado más trabajos en la perspectiva de tres asuntos:
- Frente a las críticas sistemáticas a la institución escolar, cuyas funciones parecieran ser cumplidas por otras instituciones – incluso mejor, de manera más eficiente –, los aportes de esos estudios de carácter histórico permitirían cuestionar cierta retorica vacua que opera hoy en algunos de los discursos educativos que claman por la reforma desde sus cimientos o su desaparición.
- Los trabajos sobre el maestro dan cuenta de las historias de hombres y mujeres con un papel central en nuestra cultura, pero cuyo lugar – así como el de la escuela – está constantemente cuestionado y disputado por expertos, padres, medios de comunicación y otros profesionales que parecen reducir su labor a una dimensión meramente mecánica. En esa dirección, es importante recordar que la historia de la educación no sólo constituye un campo de estudios, también es parte – no en todos los países ni en todos los programas – de la formación de los maestros.
- La historia de la educación y la pedagogía en Iberoamérica ha venido consolidando una comunidad, y sus encuentros no sólo han ocurrido en diferentes eventos de orden nacional e internacional, también a través de las revistas de las asociaciones nacionales, de proyectos conjuntos y de la participación de estudiantes de diferentes países en programas de formación en el extranjero ha sido posible el intercambio. Por esa razón, es importante pensar en las herramientas conceptuales y metodológicas que se han apropiado y desarrollado en el campo, pero, y esto constituye un reto permanente para la comunidad y para los congresos de historia de la educación en los años venideros, también es preciso que haya escenarios para la formación de nuevos especialistas, que conozcan la trayectoria del campo y puedan introducir, desde allí, nuevas temáticas y maneras de aproximarse a estas.
Por supuesto, muchos aspectos pudieron quedar fuera de estas líneas. Finalmente, es difícil precisar lo que todos esos Melquíades – una figura conocida en el país anfitrión del Congreso, y resaltada en el saludo inicial por el coordinador académico del XII CIHELA, el profesor Alexander Yarza de los Ríos – pudieron traer consigo en esos cuatro días en Medellín. Sólo las memorias del evento, que se publicarán en los próximos meses en la página www.cihela2016.com, permitirán hacer un balance preciso. Por ahora, queda esperar a 2018, al XIII CIHELA en Uruguay que será organizado por la SUHE – Sociedad Uruguaya de Historia de la Educación. Con este se espera fortalecer la comunidad de historiadores de la educación en ese país, además de mantener activas las relaciones entre los colegas de diferentes lugares de Iberoamérica y ofrecer un escenario de encuentro entre las diferentes generaciones de expertos en el campo con los nuevos investigadores.